domingo, 11 de septiembre de 2022

RONDA DE MADRUGADA


Me decanto a las tres de la mañana, hora en que dicen, se abren los portales de otros mundos y algunos humanos abren los ojos y se desvelan.

Me decanto, me entrego a la disritmia y reorganizo mis progresiones armónicas, vuelvo a la fundamental.  Restituye la primera inversión la agnición de mí humanidad en un nuevo cuerpo.

Me decanto por placer, no por necesidad,  me decanto como hace el vino en caída libre en una copa, me decanto por asuntos físicos, por ajuste de cuentas, por separar mi sangre de sudores y otras mezclas heterogéneas.

Me decanto más por intensidad que por densidad, me decanto a solas, sin ayuda de manos extras, me decanto y me encanto, me asombro y conmuevo, resuelvo lo de santurrón y desnudo reinvento mi canto.

Me decanto a solas, sin testigos, me decanto como hace un beso en caída libre en una boca, me decanto por el místico placer de separar el deber de la necesidad, para volver a conciliar el sueño y despertar en otra cama decantado en otro cuerpo y así alcanzar el olvido.


Carlos Andrés Restrepo Espinosa


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