jueves, 9 de julio de 2009

EPIFANIA NUMERO TAL


Hace poco escribí que ahora lloro con mucha facilidad,
no por cualquier cosa,
pero si con mucha facilidad,
esto no me hace demasiado dócil ante variadas situaciones,
mi fragilidad radica en que he aprendido a ver lo hermoso
a pesar de su camuflaje en la cotidiano.

en lo últimos días he llorado la muerte
de un tío, de mi amigo Juan, de un tal Jackson
que inventó una forma especial de ser Rey
y lloré viendo llorar a Chespirito.

Llorar mientras se ve a un hombre llorar
tiene profundas implicaciones con uno mismo,
se llora (y esto lo he ido descubriendo con cierta parsimonia)
por que es uno el que se ve en los otros,
por que uno no quiere morir,
por que se quiso ser como el otro,
por que dentro hay algo inconcluso,
Porque no se vuelve de la muerte para ver como otros lloran por uno.

Ahora me explico un poco, creo que lloro tanto
por que no estaré en mi entierro para hacerlo
y mi vanidad para entonces ida, me reclama ahora
estas tristes letras y estas profundas lágrimas.

C. ANDRÉS RESTREPO
4-07-09

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