Fiero en mi centro me busco en el frescor de la bruma
Mis impertinencias ya no comparten sueño con ninguna,
Mis adicciones ya no son irreverentes, se ocultan en el abismo,
Lo heroico ya escondió su capa y el rey de la noche es el abandono.
Los fastos ocupan su sitio en la sed
No en lo por saciar, pretendo lo más bello
Y el amor aturde una vez más, soy un proletario
Del deseo, vencido por la causa de no se que justicias,
Amigos ya no quedan, ni en recuerdos
Ni en recuentos, hambrientos de tiempo
Ya no están en el arribo de la tarde
Nutriendo el abrazo de luna de ninguna.
Ahora no creo ni en mi oculista
Ni en la alquimia del de pronto
Y mírame que seguro, a lo mejor
Ocurra ese andrajoso miedo de besar.
Alguna vez rime con sonrojos
Con miradas de otro tiempo
Y canté sin enfados todo lo que estaba
Pendiente por contar.
Y lo más humano mío:
Andrajoso,
místico,
jornalero del húmedo vacío,
Perdido en la causa del juglar anónimo
Que prendado del brillo
De otra voz quiere nutrir su canto,
Muere aterido al abrazo
De un lobo sordo
Que sufre de artritis y nostalgias.
Carlos Andrés Restrepo E.