miércoles, 3 de septiembre de 2008

MARQUETERO















Liborio vivía detrás de un mostrador de madera, olía a naftalina y sus hijos eran transparentes,

Su alma estaba llena de cachivaches.

Liborio limitaba por todas sus fronteras con la soledad.


En su vida nunca dijo una sola palabra de corrido.

Mejor el silencio –pensaba- y esto si le salia de corrido.

En su tienda nada era del tiempo presente, sus artículos de otro tiempo, él mismo es como un personaje sacado de los años treinta, la imagen que más se le aproxima a mi recuerdo es la de un personaje de la viñeta de Dick Tracy.

Un día, hace mucho tiempo, Liborio fue niño, jugaba al “machocalengue” con Elizabeth su amiga de una jornada en la memoria, momento de esencias, raspones en la piel, carcajadas, mareos y otras cosquillas, pero ahora esos tiempos languidecen amarillentos en las páginas de un semanario que editó para sí y ahora igual que él solo cuenta cosas que ya fueron, que nunca más serán o que realmente nunca pudieron ser.

Liborio es un hombre perdido en el recuerdo de un hombre que padece amnesia.

Medellín

13-03-08

1 comentario:

  1. ME ENCANTARON LAS FOTOS CON LOS INDIGENAS, ESA DEBE SER UNA EXPERIENCIA FABULOSA, OJALA ALGUN DIA ROCK CORAL PUEDA TENER UNA PARECIDA.

    UN ABRAZO...

    ELIANA FLÓREZ

    ResponderEliminar

EN EL LUNA PARK

Una noche de verano tras una llovizna leve que remojó los adoquines de las callejuelas desiguales del pueblo triste que me vio nacer, entré ...