Bueno, ella es muy rica, es la verdad,
así que en eso ella me supera;
esta vestida toda de rojo, blanco y azul;
ella es tan afectuosa
fresca, tranquila y segura;
ella sabe a quién le sonreirá hoy,
fue
educada deesa manera,
sabe todas las reglas de los juegos que practica
y siempre sabe lo que dice;
en el público la escuchan con paciencia;
ella
irradia un aire de confianzapero
por detrás no es tan cuidadosa.
Solamente los barre bajo su pelo.
(Cancion Cool Calm &
Collected, Rolling Stones 1966)
Una
monstruosa imagen antecede este escrito, seguida de la letra de una canción a
modo de epígrafe, es de anotar que la fuente de dicho texto es menor a la
utilizada en estas letras que empiezan a ocurrir y de manera intencional
también menores a la imagen del gorila, siendo importante el tema que la
canción alude, es más relevante el gesto de nuestro gentil antepasado que posó
para los Rolling Stones en la caratula de su Disco, Grrr.
Así
es que, con copioso ánimo y deliberado antojo voy a arriesgar mis pasos en un
tema que es nuevo para mí, la fisiognomía y la patognomónia.
“La
Fisiognomía significa un arte que enseña por sus lineamientos externos y color
del cuerpo las disposiciones internas que sirven a las operaciones del alma”,
traduce el profesor Rodrigo Zapata del Monje Benedictino Benito Feijóo en el
texto: “Del espejo del alma al divino oráculo de la escritura La Fisiognomía y
la Patognomonia” según Benito Feijóo.
El
rostro guarda secretos, no se suscribe exclusivamente a la cara, todo el cuerpo
contiene información, la conjunción de herencias y las acciones propias de la
vivencia de cada individuo modelan ese rostro en el que se advierte como es su
alma.
A
la luz de esta llamada pseudociencia que tiene orígenes en los griegos se puede
definir por la apariencia externa de una persona cual es el carácter y la
personalidad de esta, el filósofo suizo Johann Caspar Lavater en su obra “el
arte de conocer a los hombres por la fisonomía” (1775-1778), con su aguda
observación analiza las acciones y reacciones de las personas por sus rasgos,
buscando concordancia y relaciones; Lavater es considerado el fundador de la
Fisionomía.
Pero
volvamos a nuestro peludo(a) amigo(a) de la caratula Inicial; a primera vista
podría considerársele grotesco, es inmenso, enmarañado, en su hocico se
advierte una mutación de pelos a escamas que le llegan hasta el contorno de los
ojos, la nariz a pesar de ser chata presenta un movimiento oblicuo de las fosas,
olfatea profundamente, algo trama, solo entra en cuadro su hombro derecho casi
a la altura de su rostro, sugiere que está cómodamente sentado tras la orden
del fotógrafo o que tiene estirada la mano ofreciendo algo que el diseñador nos
negó a saber.
El
hocico presenta una tercera mutación, unos labios muy femeninos se abren para
dar paso a una sugerente lengua roja con una hendidura negra en la mitad que
indica una división del musculo y a cada lado líneas blancas que debemos asumir
como reflejos de luz sobre la húmeda exhibicionista. Corona esta bocaza una
sonrisa trazada por cuatro dientes y dos colmillos que parecen de esos de plástico
que usan los niños para jugar a los vampiros.
Para
Feijóo hay cinco principios que rigen las reglas generales de la fisiognomía: por analogía, por semejanza, por relación
de color o aspecto con una virtud, el cuarto se basa en la teoría de los humores y temperamentos
y el quinto la comparación o
representación del otro sexo.
El
primer principio se conoce como fisiognomía zoológica, se remonta a
las primeras fabulas, se sirve de los animales que son vistos con estructuras
corporales más simples que los humanos para establecer semejanzas y a su vez
apartarlos del carácter humano.
Empiezo
a añorar a mi invitado especial, así es que para marcar una ruta de retorno a
su peluda presencia voy a citar a Patricia Magli que es a su vez citada en el
texto de Benito Feijóo y que dice: "Los
animales Fijados en imágenes emblemáticas funcionan como un espejo invertido a través
del cual es posible reconocer las pasiones, los vicios y las virtudes de los
hombres".
¿Cuáles
podrían ser los signos morales que encierran las partes en mención de este
rostro?, si miramos detenidamente sus ojos, hay un deje de ternura, casi que
podríamos decir que su alma es noble (haciendo simpatía con el discurso
racional de los brutos que dice: los animales están dotados de un alma que aún
siendo materia posee facultades muy similares a la humana).
Veamos
pues como el alma de este simio sale por sus ojos, brillan y ese brillo
transmite serenidad, una serenidad que matiza los rasgos bruscos de su figura y
de repente todo el animal es un inofensivo icono de sexualidad socializada, la
boca en realidad es el logo que la banda mando a diseñar cuando crearon su
sello discográfico y que un joven diseñador llamado Jhon Pascher por encargo de
Jagger; creo inspirado en la Diosa Hindú Kali, lo que sigue es solo Gorila, un
Gorila común y corriente de los que se pueden ver en los zoológicos o en las
películas, pero que aquí busca aproximarnos al hombre o a la mujer, porque
siguiendo en la tónica de leer este rostro a esta altura ya tiene más fisonomía
de hembra que de macho, es una delicada Gorila que ofrece un lengüetazo, cálido
y húmedo, “ella sabe a quién le sonríe,
fue educada de esa manera, sabe todas las
reglas de los juegos que practica, ella irradia un aire de confianza, pero por
detrás no es tan cuidadosa”.
Pero ¿tiene esta singular figura otra intención?, acaso la mujer que es
descrita en la canción del epígrafe tiene un rostro que oculta bajo ese pelo
que barre con todos los que le admiran?, ¿tienen relación o son el mismo ser?,
demasiadas preguntas que podrían ser congeladas como lo hace la fisiognomía con
los rasgos de los individuos para inferir de allí en sus pasiones. Para Benito la primera es falsa porque
analiza el carácter en estado de reposo, el cuerpo se antepone al alma, lo que
es considerado inaceptable, así la verdadera sería aquella que estudia el carácter
en movimiento, es el alma la que ejerce influencia sobre el cuerpo.
Sustenta esta tesis de falso y verdadero en la observación de un cadáver
en cuyo rostro dejan de percibirse los signos que le deban un carácter, la fisiognomía
en tanto a artificio desaparece con la inercia de la muerte.
Me aferro entonces al alma femenina viva y radiante que deja ver sus
ojos a través de la bestia Felpuda que encabeza esta divagación, consciente de
la superioridad que tiene sobre mis pasiones, es una bestia femenina
cualificada y puedo dar fe de las correspondencias entre el alma y el cuerpo
que le sirven para llegar a mí, aunque terminen siendo funestas las asumiré
solo como una canción, una letra que atrapada en la línea melódica expresa un
deseo de afectarme, pero entre la armonía compleja y las amalgamas rítmicas me
invento otro cuerpo donde su alma y sus facultades no lograrán tener
gobierno alguno sobre mí.
Carlos Andrés Restrepo Espinosa
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