ANTE TODO HAY QUE SER UN CABALLERO:
ANTE EL ADVESARIO QUE SE ARRASTRA INTIMIDANTE
CON SU CARGA DE MANIFIESTOS Y MARRULLAS PEREGRINAS,
ANTE LA FATALIDAD DEL NO DEFINITIVO VENGA AL COMIENZO O AL
FINAL DEL VERSO.
ANTE LA ADVENEDIZA VERDAD DE PEROGRULLO,
ANTE LA TEMPESTAD QUE ARRECIA DE FRENTE EL VAPULEADO RANCHO
DE MIS CERTIDUMBRES,
ANTE EL ENIGMA DEL AMOR Y LA FALACIA DE ALGUNOS BESOS.
ANTE ESTA SATISFACCIÒN QUE ME EXIGE EL MIEDO A PERDER DE
NUEVO,
ANTE ESTA INVITACIÒN A ENTRAR EN LIZA,
ANTE ESTOS PUÑOS QUE SE APRIETAN GUERREROS HACIA UNA BATALLA
DE MENTIRAS.
ANTE EL FANTASMA DE LA NOCHE QUE VIENE CON SU INFERNAL
ESTANDARTE DE LAGRIMAS Y SOLEDADES.
ANTE LA RABIA Y EL DESCONSUELO,
DECIDO SER ANTES QUE NADA UN CABALLERO.
Carlos Andrés Restrepo Espinosa
Junio 28 de 2012
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