Me quedó el desconsuelo de mi época
que es la herencia de mis ancestros,
me quedó el pánico a la noche,
al arco iris y al río.
Y cuando pensaba que nada podría ser peor
los Jaibana del mal me regalaron:
La camándula, el pecado, la ostia y el crucifijo.
Revuelto el Juicio con la cordura y
el corazón con el entresijo.
me queda por creer que esos espíritus
a los que tanto temo,
los invente yo mismo.
AR
21 de Agosto de 2011
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