Al verte nació la intuición de que algo bueno vinimos a cumplir,
pero al dar vuelta en la esquina de las Callejas nunca más te volvimos a ver,
hombrecitos saltando a lado y lado del andén inventan historias para justificar su miedo
hombrecitos saltando a lado y lado del andén inventan historias para justificar su miedo
y el reloj desde lo alto dice tic tac y exorciza a los advenedizos visitantes.
Pero por mucho que se aleje el indeseable, no hay tic tac que nos salve de nosotros mismos.
El tener ojos azules, no implica tener mirada de cielo.
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