¿Que
acontecía en el mundo en 1889, año en el que el escritor León Tolstoi publicaba
su polémica novela “SONATA A KREUTZER”?, me pregunto frente al ordenador,
dándole vueltas a la idea de hacer un comentario crítico sobre esta obra,
temerario de mí que se mete en tremenda lid, con el riesgo de incurrir en un facsímil
más, en procura de no dejarme llevar solo por los encasillamientos buscaré un
poco de honestidad admitiendo que solo he leído del autor en cuestión la obra
ya mencionada y la tan aristocrática Ana Karenina, es muy probable que esta
honestidad no me sirva de mucho, pues la motivación de escribir no ronda tanto en
la obra como si en lo que pasaba en aquellos tiempos.
Haciendo
uso del tren, elemento utilizado por Tolstoi en las dos novelas, voy a proponer
un viaje en segunda clase, mis rubios no alcanzaron para más y desde allí
atisbaré los movimientos de aquellos que van en primera.
ABORDAJE
Tolstoi
es criado por dos tías, pues a los nueve años de edad queda huérfano de ambos
padres, fue muy mediocre en sus estudios, en estos tiempos fue disoluto, gozó
de todos los placeres, el juego, el vino y las mujeres, logra culminar la
universidad por el rango de su familia y la presión de esta sobre los
profesores, de regreso a su pueblo natal su hermano lo invita a participar en
la guerra con Turquía ingresando a la brigada de artillería como suboficial,
participa también en la guerra de Crimea en 1853, descubre en esta mucha
ineptitud en la soldadesca, a quienes consideraba no le llegaban a los
talones de su arrojo y heroísmo, así es que se retira y se consagra a la
escritura.
Tolstoi
es un viajero infatigable y es en estos recorridos que se va nutriendo del espíritu
de la Europa del momento, donde concibe sus revolucionarias ideas educativas y
funda su escuela para pobres y un periódico, su pedagogía atacaba la censura y
reivindicaba la libertad de expresión, despertando el malestar del gobierno y
de la iglesia ortodoxa, siendo también excomulgado.
ESTACIÓN NUMERO UNO
Amparado
por el marco de la ventanilla, aguardo el descenso de los pasajeros que llegan
al final de su viaje, descanso la frente sobre el aparador metálico, con la
respiración empaño el vidrio y dibujo un corazón con la yema del dedo índice de
mi mano izquierda, en aquella quietud regreso sobre Pózdnyshev, protagonista de
la sonata a Kreutzer, él piensa que el amor siendo una preferencia por una persona
a menudo es pasajero y que el matrimonio es un convenio que establece la
obligatoriedad de estar juntos hasta la muerte, mientras el amor se va
transformando en odio, las mujeres son solo posesiones sexuales del hombre, por
lo que no tendrán los mismos derechos que estos y sin embargo, su poder sobre
el sexo les confiere innegable influencia.
Aquí
sale a relucir el Tolstoi joven del que ya se había dado habida cuenta en su
obra Adolescencia (1854), Pózdnyshev considera a sus hijos una carga, una dura
carga en su vida, que lo distancia de su mujer, quien empieza a verse con un
violinista que suele tocar la sonata No. 9 en La mayor para violín y piano, op.
47, misma que da nombre a la novela, al final Pózdnyshev sucumbe ante los
celos, descubre a su mujer con su amante violinista y la mata clavándole un
puñal, el amante escapa, no lo persigue porque estaba en calcetines y podría
pasar por furioso, pero no por ridículo.
El
esposo es dejado en libertad alegando en su defensa la infidelidad de su mujer.
MAQUINISTA AUTOMÁTICO
De
una copia mimeografiada adquirida en 1889, abandonada a porfía en un vagón del
tren que hacía la ruta entre Luxemburgo y Paris y que un viajero desconocido
que venía a la Exposición Universal de Paris encontrara, se sacó la primera
impresión en un diario que alcanzó a llegar a U.S.A, antes de la sentencia del
fiscal Theodore Roosevelt que censuraba los periódicos que contuvieran
fragmentos de la obra de Tolstoi.
Por
esos días en Washington se realizaba la primera Conferencia Interamericana con
la ausencia de República Dominicana, de dicho encuentro se creará la Unión
Interamericana de las Repúblicas de América.
En
este mismo año se establece el Kilogramo como masa patrón Internacional, el metro
como distancia patrón y el quilate en 200 mg.
Triunfa
la Revolución en Brasil de Manos del Mariscal Deodoro da Fonseca y salen rumbo
al exilio en Lisboa el depuesto Emperador Pedro II con su familia.
El
violín de Tolstoi seguía sonando y mortificando a la sociedad burguesa y al
mismo tiempo nacía Gabriela Mistral, quien sería la primera persona en Latinoamérica
en ser galardonada con el Nobel de Literatura.
En
Londres arribaba a la existencia Charles Chaplin, en Francia Jean Cocteau, en
Alemania Martin Heidegueer y en Estados Unidos mientras persiguen la obra y a
los lectores del pervertido sexual León Tolstoi, nace Edwin Powell Hubble,
quien de grande demostraría la expansión del universo midiendo el
desplazamiento al rojo de galaxias distantes.
Mas
personas nacieron aquel año y muchos acontecimientos maravillosos y raros
ocurrieron, incluso que podrían haber opacado los hechos acaecidos tras la
publicación de la Novela de Tolstoi y sin embargo figura este acontecimiento
entre los más destacados de aquel 1889.
APEARSE
Llegado
al final del Recorrido que alcanzaron a pagar mis dos monedas con la efigie del
Zar Nicolás II, desciendo en una estación que no es propiamente la de mi
destino, la pregunta que dio origen a este viaje queda resuelta por partes, en
el mundo acontecía la existencia contagiada por los males de la época, tengo
una ocurrencia final, Tolstoi escribió todo aquello que vivió y que en algún
momento dadas sus propias ortodoxias se negó, heredó a sus lectores los pánicos
y abismos de los vericuetos que él transitó con frenesí y después disolvió en
su pedagogía del amor por los míseros, fue un aristócrata que vivió así hasta
que le vino en gana y luego se convirtió en humilde al servicio de su propia
agonía, actos posibles cuando se tiene rango y dinero.
Muere
en una estación ferroviaria, dicen que murió de Pulmonía, yo digo que murió de
mal de tren, de ir y venir en sus propios raíles.
Para
alejarme de esta estación y no correr un destino parecido, me apeo del
tren, de dos zancadas gano el andén y
camino raudo entre los demás pasajeros, no quiero marcaje alguno que me ate a
este recorrido.
Un
nuevo pasajero que ocupa mi sitio en el vagón me ve ganar lejanía a través de
un corazón dibujado que su respiración hace aparecer en la ventanilla de su
asiento.
Carlos
Andrés Restrepo Espinosa.
Medellín
15 de octubre de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario