domingo, 1 de enero de 2017

AÑO NUEVO

Faltando cinco para las doce luis estiró la mano y brindo, -me quedan cinco minutos de vida- los demás entre la gazapera de la ocasión chocaron las copas, hicieron otros comentarios, el de Luis perdió importancia, la canción de fondo repetía casi lo mismo: faltan cinco para las doce el año va a terminar.

Nadie supo que pasó por la cabeza de Luis durante aquellos cinco minutos, en el mundo nacieron mil doscientos cincuenta niños a razón de doscientos cincuenta por minuto, se quemaron cantidades descomunales de pólvora, una mujer desnuda salió al balcón a gritar el mundo se va a acabar y tomó delantera, en la autopista un hombre acelera su coche para llegar pronto a casa, una pareja de enamorados en una colina se toman de las manos y miran las estrellas; no sienten la vida, se besan y desaparece el tiempo.

Por urgencias llega una ambulancia con una mujer mal herida, pasará el calendario pero no llegará viva  al fin de enero, el celador de la fábrica termina la ronda, se sienta enciende el radio toma un sorbo de café, en el cielo se avista la estación espacial internacional, unos niños juegan a la rueda rueda de pan y canela, un tipo en una moto acelera constantemente en la esquina, don Alberto cierra la tienda, en la cocina se acaban las papas y la salsa de ciruela, el locutor en una emisora vocifera: ¡arrepentíos!,  un cura sin dejar de roncar cambia de posición en la cama, del otro lado del mundo Luisa ve por primera vez el mar.

En cinco minutos escribo estas palabras para contar que Luis hace unos instantes levantó la copa brindo y ninguno de sus compañeros lo escucho, afuera en la calle la gente se alborota, las campanas  del reloj empiezan a indicar que es el momento, todos se abrazan y hacen un corrillo para contar las campanadas, una, dos tres cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doceeeeeeeeee.  El año nuevo empieza y Luis con toda su humanidad se desploma, sus amigos se ríen, indiferentes  le hacen a un lado y siguen la fiesta.

Carlos Andrés Restrepo E.


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