lunes, 1 de abril de 2013


MI CREDO
Declaración de principios.
Canto a mi mismo (menos 4)


No creo en Marte como regente de los nacidos en abril.

No creo en la vida eterna, ni en la eterna vida. Ya casi llega su fin, “mas temprano que tarde sin reposo…”

No creo en el mañana, porquetalvez mañanaes mucho tiempo.

No creo en los apegos, sí en los afectos.

No creo en yogas, ni dalai lamas modernos.

No creo en curas, ni ateos.

No creo en papas, ni lideres.

No creo en brujas, ni escobas, ni bolas de cristal.

No creo en pastillas, ni pastillitas que alarguen la vida y mi piel tersa.

No creo en energéticos, ni en bebidas curatorias, ni en el “Omnilife”, ni en el “Starbíen”, ni en tantos y tantos polvos que venden como panaceas para la eterna juventud. Ésta se va sin remedio.

No creo en bebidas, ni en bebedizos.

No creo en maldiciones, ni maledicencias.

No creo en “las buenas energías” , ni en las otras tampoco.

No creo en el espejo que te sonríe en las mañanas.

No creo a pie juntillas en los que te recetan felicidad.

No creo en maestrosni en iluminados, por eso no tengo ni lo uno, ni lo otro. A nadie sigo. Nadie me sigue. A nadie obligo.

No creo, no creo y no creo. No creo en  “esa es la actitud”, ni en “el me siento excelentemente bien a pesar de las dificultades”.

No creo en retiros espirituales, ni  médiums, ni milagros.

No creo en la manada, ni en el rebaño, ni en el pastor.

No creo en el football, ni en los medios que crean iconos de papel.

No creo en la “sabiduría moderna” de tantos que se regodean que tienen la verdad y es porque se han llenado de vacío y solo repiten. No  conocen, ni leen a los clásicos.

No creo en las tales formulas para la felicidad. No creo.

No creo en los guías espirituales, ni en los iluminados modernos.

No creo en iglesias, ni religiones. Ninguna.

No creo en rezos, ni llantos, ni gritos de dolor para mi funeral. Pasé por esta tierra, hice mis deberes, seguí mis principios. No le hice daño a ninguno –eso espero- de mis semejantes.

No creo en videntes, ni en profetas de este milenio ni los siguientes.

No creo en formulas mágicas para vivir, ni en frases preconcebidas.

Lo obvio: No creo en cielos, ni en infiernos.


Sé lo que no me gusta, sé en lo que no creo, de eso estoy casi seguro. Claro que aún faltan cosas por descubrir, por sentir.

Creo en la lluvia que golpea mi ventana y me refresca el día.

Creo en el manto de oscuridad que cubre mi ventana.

Creo en la claridad que llega a mi ventana a diario, cumplidamente. Alguna vez, ya no estaré. Ella igual vendrá.

Creo en el aire que peina, mi poco pelo, casi nada.

Creo en el hoy que es, y en el ayer que fue. El mañana?, que puedo esperar del mañana?, si aún no es.



Alfonso Arcila G
Abril 1 de 2013.


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