lunes, 2 de mayo de 2011

SABATTO SANCTO


Paladeaba un recuerdo tuyo
cuando pasó la procesión con la dolorosa
a las tres de la angustia de aquel Sábado Santo,
me estaba habituando a no suceder en tu cuello
cuando buscas una nueva estrella en mi pecho,
me estaba acostumbrando al peso del anda de tu abrazo
a la romería de mis devotas ansias ante el templo de tu sexo,
a la vigilia del cirio ardiente en tu boca.

Pero Muero
Muero en tu regazo,
en la húmeda genuflexión
al borde del grial de tu ombligo.

!oh María transida de dolor¡
muero crixificado en tu vientre,


!oh clemente María¡
Muero a las tres de la delicia en tu cuerpo.

Como buen creyente aguardo a la vigilia
para saborear de nuevo la resurrección de la carne
que se elevará redonda, esplendente,
redimida en su danza de Aleluyas, Glorias y Aves Marías.

Andrés Restrepo

1 comentario:

  1. sin palabras ..... aunque no se si es el "diablo " el que te da esta "inspiracion" o la voràgine sin limites de tu ser humano.

    MariNore

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