viernes, 21 de noviembre de 2008

OBSERVACIÓN


PEQUEÑA SUTURA PARA UNA CIRCUNSTANCIA CIVIL


En blanco y negro, la< tragedia es un candil que lleva una mano ciega sobre la bestia que parece reír de puro miedo, de tanta luz los ojos ven penumbra y de tanto mirar el suceso se torna en gris violento.

La estética redimensiona las fronteras del óleo s/lienzo, 349 x 776,6 cm, el amor se arrastra en un lamento de muerte blanquecino y marchito. ¿Dónde esta el pintor engreído que aleccionaba sus impulsos sobre el abdomen sudoroso de una infanta? ¿Porqué su mano mágica no cambia el llanto de la innombrable mujer que ve abatirse la vida entre sus brazos?, ¿Será que los símbolos son más poderoso que el odio fundado en los terrenos de la realidad brutal de una triste España sin ventura?

Mi pregunta va más allá del anca brutal que aplasta la mano que labró la tierra, del caos de las llamas que se ve en los ojos del toro o de aquel que parece clamar a las alturas con su vos ensordecida por el terrorífico aullido del tirano, mi cuestión llega hasta el estruendo de las bombas y sumergida en el asfixiante aire figurado por las llamas, no encuentra la salida de emergencia, el pintor no dejó brecha alguna para huir, busca con la de fragmentación de la imagen un resquicio entre la luz y la pared desvanecerse pero más se confunde, miro la imagen proyectada a través de un viejo artefacto cuya bombilla añade un tono amarillento tornando la observación mas difícil y angustiante.

Mi pregunta termina difuminándole en la composición triangular del dolor, en el oscuro absoluto del fondo, en las orillas insondables y en la incógnita de ¿qué es mas terrible? El bombardeo o la infinita pintura que no se cansa de provocar preguntas.

Atrapado, vuelto pregunta en la pregunta de Picasso, mi duda rompe el tejido de fuego y salta provocándose apenas quemaduras leves y una herida minúscula en la memoria que sutura con facilidad el olvido del tiempo.

Carlos Andrés Restrepo E.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

CLASIFICADO


PRESTO

Serrallos y otras alcahueterías
mucho más emocionantes

Cuando usted lo necesite
no vacile en buscarme

miércoles, 5 de noviembre de 2008

OBSTINATO

No tengo problema alguno si muestro mi debilidad cuando escribo, adentro mio hay tanto por decir que de nada han servido las valentías; todas ellas han terminado en fracasos y ni que decir de los estoicismos, vanas ínfulas que siempre terminan derrotadas por las blancas piernas abiertas de una mujer imaginada y al final vuelta realidad solo a la hora del dolor, en el momento de decir no estas Me voy.

Tampoco tengo problema en delatar al sucio sujeto que soy, es inevitable mi defecto de cosa pequeña; de hombre del tumulto a pesar del intento de ser árbol con las ramas dispuestas a los gorriones y destellos de luz.

Tengo cosas más urgentes: por ejemplo buscarme por instinto en las fuentes de los parques, adivinarme entre las sabanas revueltas de una cama ajena, pensar en direcciones distintas, en cada vuelo debilito las alas, lo de ángel ya no es tan importante, me gusta esperar sentado o de pie en la esquina de mi obstinación, los apetitos han menguado, por fortuna, ese pequeño detalle aminora lo ansioso que se ocultaba en mis instintos medios.

Mis gestos bonachones ya no se advierten en mi derruida cara, miro a través de mi prevención las intimidades y espero a que desaparezcan entre mis dedos las caricias tomadas por asalto.

No me apena dejar ver el tamaño de mis desmesuras, la indiscreción de mis palabras queriendo ser dueñas de si mismas, me acomodo con facilidad en las versiones audaces y descaradas que hacen de mi los otros, juro que no entro en liza con lo que dudo saber de mi a ciencia cierta, algo sabrán más los otros por eso están afuera y yo adentro de estos pesados huesos y mi tibia carne.

No me cuesta admitir todo lo terrible, lo absurdo y lo malo que me habita ya que es lo que me enuncia en cualquier situación vivida con corazón y sin el, con entrega o abandono, porque es más poderoso mi desden que un beso, mi desconfianza que un abrazo y mis dudas mas enraizadas que la impronta de las buenas voluntades de los que dicen amarme.

Voy caminando intranquilo entre los cipreses, intranquilo, pero después de todo caminando.

CARLOS ANDRÉS RESTREPO

LA VIDA EN ROSA

- ¿Cómo le parece pues la propaganda que nos montaron aquí? - Me dijo el burro carretillero del pueblo mientras señalaba con sus labios en f...